¿Qué es?
La ecografía es una técnica de imagen que consiste en un transductor que emite ultra sonidos. Los ecos que éstos provocan al chocar contra los órganos
abdominales son recogidos y transformados en imágenes en un ordenador externo y proyectados a una pantalla.
La ecografía es un procedimiento sencillo, no invasivo, que no emite radiaciones y no conlleva riesgo alguno para el paciente.
¿Cómo se realiza?
Para la realización de una ecografía abdominal, sencillamente se acuesta al paciente y tras aplicar un gel trasmisor sobre la piel, se procede a colocar el
transductor y a recoger las imágenes.
La mayoría de los ecógrafos llevan incorporado un sistema Doppler que nos permite ver el flujo de los vasos sanguíneos.
En la actualidad es posible administrar contrastes durante la ecografía, lo cual nos facilita la visión de la vascularización de las
lesiones observadas y con ello determinar su naturaleza.
También es posible realizar elastografía que mide el grado de elasticidad del tejido, para ayudar al diagnóstico de las lesiones
observadas.
¿Para qué sirve?
La ecografía abdominal nos sirve para visualizar los órganos abdominales y sus alteraciones; es de extraordinario valor para el estudio de
la vesícula y vía biliar (detección de cálculos), hígado, riñones, páncreas, bazo y peritoneo; nos permite visualizar los vasos intraabdominales y en
ocasiones, también la pared intestinal.
La ecografía abdominal es un procedimiento utilizado ampliamente en el diagnóstico de una amplia gama de patología abdominal; también puede ser utilizada
con fines terapéuticos como punción y drenaje de abcesos, alcoholización de tumores hepáticos etc.