El gluten es un compuesto heterogéneo que se encuentra en el endosperma del trigo y también en la cebada y centeno, éste compuesto puede ser fraccionado en diferentes péptidos.
Aunque la humanidad surgió hace unos 2.5 millones de años, el consumo de cereales y con ellos de gluten no se generalizó hasta hace unos 8-10.000 años a causa del asentamiento de grandes poblaciones en las cuencas de los ríos Tigres y Éufrates y el desarrollo de la agricultura. Hacia 1.941 se creó la Real Sociedad Británica de Nutrición que promocionó el cultivo de cereales como remedio a la falta de alimentos . Hacia el final de siglo XX se había conseguido female viagra aumentar cinco veces la producción de cereales.
Poco antes de la segunda guerra mundial, el pediatra holandés Willem Dukes estableció la relación entre enfermedad celíaca y el consumo de cereales. Desde entonces, se ha definido tanto la genética como la inmunología y la histología de esta enfermedad.
Se calcula que entre un 0,5% a un 1% de la población padece de una enfermedad celiaca. Pero hay un porcentaje mucho mayor (alrededor del 5%) que tienen molestias digestivas que ellos achacan a la ingesta de cereales. Hasta ahora, los clínicos no sabíamos cómo interpretarlo, pues estos pacientes no reunían los criterios diagnósticos de enfermedad celiaca y dada la similitud de síntomas los etiquetábamos de colon irritable.
En un estudio multicéntrico italiano liderado por el Dr. Carrocio y publicado en la revista The American Journal of Gastroenterology de Diciembre de 2.012, encontraron que un tercio de pacientes con criterios de colon irritable tenían realmente una hipersensibilidad al gluten. Estos pacientes con frecuencia se quejaban de intolerancia al gluten y alergia a los alimentos en la infancia. Las principales características histológicas eran infiltración de eosinófilos en la mucosa del duodeno y del colon.Los investigadores han evidenciado dos subgrupos de pacientes con sensibilidad al gluten:
1. Unos con síntomas muy parecidos a la enfermedad celíaca
2. Otros con múltiples sensibilidades alimenticias con hallazgos clínicos similares a los encontrados en pacientes alérgicos.
Sean bienvenidos los estudios de los investigadores italianos que ahorraran molestias a un gran número de pacientes diagnosticados de colon irritable y gastos importantes (se calcula que un paciente con colon irritable ocasiona unos gastos indirectos anuales entre 2.650 y 6.730 euros según el país en donde residan).